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Tan sólo son 45 los minutos que separan la Ciudad en el Mar de Vilafamés. Durante el camino atravesaremos el Meridiano de Greenwich y una próspera zona industrial, tras la cual llegaremos a un hermoso municipio que nos irá embelesando a la vez que nos adentramos en él.

Sin duda, la zona superior, caracterizada por las calles estrechas y zigzagueantes propias de un trazado urbano islámico, nos transportará a aquella época. En el cerro nos encontramos el castillo, a sus pies el barrio árabe y también la primera iglesia de la localidad: la Iglesia de Sangre. Descendiendo por calles estrechas y rincones llenos de encanto, llegaremos al Museo de Arte Contemporáneo, situado en el edificio del Palacio del Batlle, y cuyo fondo artístico cuenta con unas 500 obras.

Para los amantes de la arqueología, cabe destacar que a unos 3 Kms de la población encontraremos un poblado de los s. III aC en perfecto estado de conservación rodeado por una potente muralla reforzada por torreones. Además, también encontraremos pinturas rupestres en la ladera sur del Castillo de la población actual, las cuales se consideran de las más interesantes de la Comunidad Valenciana.

Vilafamés dispone de una intensa vida cultural a lo largo del año, pero sin duda el acontecimiento más importante se produce el primer fin de semana de mayo, donde el pueblo se transforma para mostrar la forma de vida de la sociedad tradicional a comienzos de 1900. El conjunto histórico de la población es el marco que recrea la forma de vida, para la cual, mediante la colaboración de los vecinos, se representan oficios y actividades en el interior de las viviendas, y tradiciones en espacios públicos, que permiten trasladarse un siglo atrás en el tiempo.

Desde el punto de vista gastronómico debemos destacar recetras tradicionales como la olla o el tombet, o dulces como los pastissos de boniato o el coc de faina, además de la elaboración de aceite de oliva y vinos.